19 de Agosto del 2022
“Aunque no lo crean, crecer es muy fácil: tomar los primeros 10 o 20 consorcios no reviste de gran dificultad. El problema está, a la hora de repartirlos, en permitir que quién vaya a administrarlos lo haga en forma diferente”. Así interviene Marcelo Ruiz, segunda generación al frente de la Administración Ruiz, quien con su hijo Matías compartieron espacio junto a otros colegas para intercambiar experiencias.
“En líneas generales, la profesión se desvirtuó en el respeto del consorcista hacia el administrador: antes lo que se decía era palabra santa”, compara, a la hora de resaltar las diferencias que fue percibiendo con el correr del tiempo, a lo que agrega: “El foco en la cantidad disminuyó la calidad. Antes no se podían administrar más de 15 consorcios. Lo importante es poder mostrar la gestión”.
Siguiendo la línea de lo importante, algo que resalta Ruiz es la fecha de cierre. “Es sagrada, vuelvo loco a todo el mundo en la empresa. Hay que respetar el proceso. Nosotros cerramos todos los 28, lo que me da dos o tres días para revisar todo, hacer la conciliación de las cuentas y evitar errores. Hasta ese momento recibimos pagos: más allá de eso, entran para el período siguiente”, detalla Marcelo.
En ese sentido, ahonda en lo clave que no es atrasarse para que no suceda lo propio en la carga de facturas, de gastos, en las liquidaciones de sueldo. “Se desplaza todo el trabajo. Las fechas de pago tienen que ser inamovibles. Cada cosa que se estire les va a complicar el mes siguiente. Si no tienen estructura, tienen que organizarse con el recurso que cuenten”, suma.
¿Un ejemplo? Claro. Si el día 28 tienen que cerrar: del 1 al 5 tienen que cargar los gastos y pagar las cargas sociales; del 10 al 20 pagarles a los proveedores; y partir del 20 empezar el ciclo del cierre. “Por más que tengan pocos consorcios, si no respetan el proceso, es imposible organizarse para crecer. Y una cosa que es fundamental: al momento de controlar los números y la liquidación, apaguen los teléfonos. Porque por atender a un cliente pueden llegar a cometer un error que perjudique a 100”, aconseja.
Cuando se le consultó por expensas fijas o variables, Ruiz fue tajante. “Variables sí o sí. Ustedes no son formadores de precio, son simples compiladores de gastos. Las asambleas para aprobar gastos solo se dan en casos de gastos extraordinarios. Si suben los servicios -el agua, por ejemplo-, es algo que tiene que ser pagado si o si: no es necesario hacer una asamblea para cubrirlo. Cuando hay un alto índice de morosidad, esa deuda se distribuye entre todos”.
Otra consideración importante, a su criterio, es dominar las asambleas. “Uno tiene que imponerse, que no es lo mismo que gritar. No dejen que la asamblea se descontrole. Hagan respetar su trabajo: caso contrario, váyanse”, deja en claro, y sugiere: “Defiendan a sus proveedores. Si lo único que importa es buscar al más barato, el siguiente paso del consorcio va a ser buscar al administrador más barato”.
Por último, al momento de indagar sobre el porqué del recambio constante de administraciones, Ruiz argumenta que se debe a una sencilla razón. “En su afán de ganar, de cumplir, se pasan precios muy bajos y se comprometen a cosas que no van a poder realizar. Una de las cosas que nos destacan como administración es que no tenemos tanta tasa de recambio. Durante 2021 dejamos solo 2 consorcios”, concluye.
Así cerramos un encuentro exclusivo pensado para que los administradores intercambien ideas y compartan experiencias. Porque en Octopus PropTech nos dedicamos a crear comunidades más felices.